Introduzco este artículo de forma textual porque creo que resume de forma acertada el tema a tratar de la asignatura.
Tras el estudio de las estrategias de enseñanza con TI podemos concluir que el
sistema de actividad escolar está acogiendo estos artefactos sin adoptar cambios
metodológicos relevantes, a pesar de lo cual sí que hemos constatado lo que puede ser el
inicio de un nuevo contexto metodológico. Para finalizar, señalamos tanto las
resistencias o dificultades más relevantes para el cambio metodológico como los atisbos
de un nuevo contexto metodológico.
Un primer obstáculo se encuentra en la formación del profesorado. Creemos que
ésta no está siendo la adecuada para que el profesorado considere necesario un
replanteamiento de su tarea a partir de las TI. Con frecuencia es una formación
instrumental, en la que se aprende a utilizar un software o TI en concreto, y también
muchas veces es autodidacta y voluntaria, cuando debería incidir en la necesidad de que
el profesorado en general se cuestionara qué representan las TI y qué papel desempeñan
en la formación del futuro ciudadano de la sociedad en la que vivimos.
Una segunda dificultad se ubica en las tradiciones y hábitos arraigados en la
cultura docente. Existen unos habitus asentados que afloran al estudiar las estrategias de
enseñanza con TI; por ejemplo, el hecho de que el rol del profesor siempre haya sido el
de transmisor de la información, o el individualismo tradicional deja poco espacio para
la colaboración y reflexión colectivas, necesarias para que la integración de las TI fuera
más allá de las tareas puntuales. Otra de las tradiciones en el contexto escolar es la de
evaluación donde la tarea realizada alrededor de las TI se toma en cuenta, en el mejor de
los casos, dentro de la evaluación de procedimientos en la asignatura, pero no forma
parte de la evaluación de conceptos que es la que tradicionalmente ha tenido más peso y
que se ha realizado habitualmente sobre el papel.
Una tercera dificultad alude a la cultura tecnológica de los alumnos. La
apropiación de las TI en las aulas también supone apropiar las prácticas de uso en la
sociedad alrededor de estos artefactos, los conocimientos previos de los alumnos en el
uso de TI que se traducen en una intención por parte del alumno de jugar con el
ordenador, de buscar información de su interés en Internet o en el caso del audiovisual,
de disfrutar de una película sin hacer ningún tipo de esfuerzo intelectual, al igual que no
lo hace en el exterior de la escuela cuando ve una película. El profesor, por su parte,
acoge estas prácticas pero utilizándolas como una recompensa para el alumno, una vez
éste ha cumplido con la actividad ordinaria de enseñanza-aprendizaje. Desde la
institución escolar se deja pues a un lado esa cultura privada (Pérez, 1997) que el
alumno adquiere en el exterior de la escuela y que en nuestra opinión incluye también la
cultura tecnológica (Quintanilla, 1998), conformada por las relaciones que los alumnos
mantienen con las TI y por las creencias en relación con ellas. Se sigue privilegiando
así, el libro como elemento mediador más eficaz que las TI.
A pesar de estos y otros obstáculos con que se encuentra la integración de TI, la
realidad de los dos centros analizados también nos ha mostrado lo que puede
considerarse el inicio de un contexto metodológico distinto. ¿Por qué decimos esto?
En primer lugar, porque sí que hay profesores que creen en la necesidad de
replantearse las prácticas a la luz del uso de TI. Se trata de la iniciativa de muchos
profesores que puede ser el punto de partida para la reflexión colectiva en un centro,
para el replanteamiento de las prácticas que nos llevaría al cambio metodológico como
consecuencia de la integración de TI en los centros.
En segundo lugar, porque la utilización de TI provoca la aparición de actividades
y tareas distintas a las que se desarrollan a partir del libro de texto y ello se manifiesta
en estrategias de enseñanza concretas por parte del profesor. Cada vez hay más
actividades y tareas nuevas, con características propias adquiridas por el hecho de
realizarse alrededor de TI. La actitud pasiva del alumno ante el vídeo, el trabajo
individualizado que propicia alguna TI son condiciones que están dibujando nuevas
actividades de aprendizaje. A pesar de que cabe preguntarse si son actividades que se
han definido desde los parámetros de la institución escolar o si son el tipo de actividades
que demandan las características de las TI; en cualquier caso, sí que se observan nuevas
actividades que empiezan a esbozar un cambio metodológico.
En tercer lugar, la entrada de TI dentro del contexto organizativo rígido de la
escuela origina conflictos cuya solución pasa, como hemos comprobado, por una mayor
flexibilidad organizativa, la cual cosa también facilita los cambios en el contexto
metodológico actual. Cuestiones como quién, cuándo y cómo se va a utilizar el aula de
informática o las TI del centro, qué normas de utilización de las TI acordamos, dónde
plasmamos los acuerdos, etc. es necesario que se planteen y de hecho ya hemos visto en
ambos centros que se cuestionan cuando surgen conflictos en torno a su uso. Por tanto,
la toma de conciencia de estos conflictos, de estos problemas que surgen al integrar las
TI en la estructura organizativa de los centros, es uno de los primeros pasos en orden a
facilitar el cambio metodológico.
Para terminar, queremos destacar la necesidad de fomentar este cambio
metodológico que parece estar produciéndose. Tal como afirmaba Area en el año 2001,
"es previsible que si en los próximos años (la escuela) no renueva profundamente su
papel social, sus metas, sus contenidos y su metodología entrará en una profunda
crisis...". Transcurridos unos pocos años, seguimos postulando la urgencia de
una renovación de la metodología en las instituciones escolares, renovación que se
derive, eso sí, del replanteamiento de las prácticas a la luz de las TI y no de los dictados
del imperativo tecnológico.
sistema de actividad escolar está acogiendo estos artefactos sin adoptar cambios
metodológicos relevantes, a pesar de lo cual sí que hemos constatado lo que puede ser el
inicio de un nuevo contexto metodológico. Para finalizar, señalamos tanto las
resistencias o dificultades más relevantes para el cambio metodológico como los atisbos
de un nuevo contexto metodológico.
Un primer obstáculo se encuentra en la formación del profesorado. Creemos que
ésta no está siendo la adecuada para que el profesorado considere necesario un
replanteamiento de su tarea a partir de las TI. Con frecuencia es una formación
instrumental, en la que se aprende a utilizar un software o TI en concreto, y también
muchas veces es autodidacta y voluntaria, cuando debería incidir en la necesidad de que
el profesorado en general se cuestionara qué representan las TI y qué papel desempeñan
en la formación del futuro ciudadano de la sociedad en la que vivimos.
Una segunda dificultad se ubica en las tradiciones y hábitos arraigados en la
cultura docente. Existen unos habitus asentados que afloran al estudiar las estrategias de
enseñanza con TI; por ejemplo, el hecho de que el rol del profesor siempre haya sido el
de transmisor de la información, o el individualismo tradicional deja poco espacio para
la colaboración y reflexión colectivas, necesarias para que la integración de las TI fuera
más allá de las tareas puntuales. Otra de las tradiciones en el contexto escolar es la de
evaluación donde la tarea realizada alrededor de las TI se toma en cuenta, en el mejor de
los casos, dentro de la evaluación de procedimientos en la asignatura, pero no forma
parte de la evaluación de conceptos que es la que tradicionalmente ha tenido más peso y
que se ha realizado habitualmente sobre el papel.
Una tercera dificultad alude a la cultura tecnológica de los alumnos. La
apropiación de las TI en las aulas también supone apropiar las prácticas de uso en la
sociedad alrededor de estos artefactos, los conocimientos previos de los alumnos en el
uso de TI que se traducen en una intención por parte del alumno de jugar con el
ordenador, de buscar información de su interés en Internet o en el caso del audiovisual,
de disfrutar de una película sin hacer ningún tipo de esfuerzo intelectual, al igual que no
lo hace en el exterior de la escuela cuando ve una película. El profesor, por su parte,
acoge estas prácticas pero utilizándolas como una recompensa para el alumno, una vez
éste ha cumplido con la actividad ordinaria de enseñanza-aprendizaje. Desde la
institución escolar se deja pues a un lado esa cultura privada (Pérez, 1997) que el
alumno adquiere en el exterior de la escuela y que en nuestra opinión incluye también la
cultura tecnológica (Quintanilla, 1998), conformada por las relaciones que los alumnos
mantienen con las TI y por las creencias en relación con ellas. Se sigue privilegiando
así, el libro como elemento mediador más eficaz que las TI.
A pesar de estos y otros obstáculos con que se encuentra la integración de TI, la
realidad de los dos centros analizados también nos ha mostrado lo que puede
considerarse el inicio de un contexto metodológico distinto. ¿Por qué decimos esto?
En primer lugar, porque sí que hay profesores que creen en la necesidad de
replantearse las prácticas a la luz del uso de TI. Se trata de la iniciativa de muchos
profesores que puede ser el punto de partida para la reflexión colectiva en un centro,
para el replanteamiento de las prácticas que nos llevaría al cambio metodológico como
consecuencia de la integración de TI en los centros.
En segundo lugar, porque la utilización de TI provoca la aparición de actividades
y tareas distintas a las que se desarrollan a partir del libro de texto y ello se manifiesta
en estrategias de enseñanza concretas por parte del profesor. Cada vez hay más
actividades y tareas nuevas, con características propias adquiridas por el hecho de
realizarse alrededor de TI. La actitud pasiva del alumno ante el vídeo, el trabajo
individualizado que propicia alguna TI son condiciones que están dibujando nuevas
actividades de aprendizaje. A pesar de que cabe preguntarse si son actividades que se
han definido desde los parámetros de la institución escolar o si son el tipo de actividades
que demandan las características de las TI; en cualquier caso, sí que se observan nuevas
actividades que empiezan a esbozar un cambio metodológico.
En tercer lugar, la entrada de TI dentro del contexto organizativo rígido de la
escuela origina conflictos cuya solución pasa, como hemos comprobado, por una mayor
flexibilidad organizativa, la cual cosa también facilita los cambios en el contexto
metodológico actual. Cuestiones como quién, cuándo y cómo se va a utilizar el aula de
informática o las TI del centro, qué normas de utilización de las TI acordamos, dónde
plasmamos los acuerdos, etc. es necesario que se planteen y de hecho ya hemos visto en
ambos centros que se cuestionan cuando surgen conflictos en torno a su uso. Por tanto,
la toma de conciencia de estos conflictos, de estos problemas que surgen al integrar las
TI en la estructura organizativa de los centros, es uno de los primeros pasos en orden a
facilitar el cambio metodológico.
Para terminar, queremos destacar la necesidad de fomentar este cambio
metodológico que parece estar produciéndose. Tal como afirmaba Area en el año 2001,
"es previsible que si en los próximos años (la escuela) no renueva profundamente su
papel social, sus metas, sus contenidos y su metodología entrará en una profunda
crisis...". Transcurridos unos pocos años, seguimos postulando la urgencia de
una renovación de la metodología en las instituciones escolares, renovación que se
derive, eso sí, del replanteamiento de las prácticas a la luz de las TI y no de los dictados
del imperativo tecnológico.